viernes, 1 de agosto de 2008

Donatello

Nacido en Florencia alrededor del año de 1386, ya desde joven es posible encontrarle ejerciendo el oficio de escultor (hacia 1407 aparece documentado en el taller de la Catedral de Florencia, para la que realizará una serie de estatuas que dejan entrever lo que será su posterior evolución).
Preocupado por el movimiento y el naturalismo desde los comienzos de sus trayectoria, en 1410 el encargo de una escultura para un nicho de la fachada de Or San Michele le va a permitir continuar ensayando modos de representación de la estatuaria de gran tamaño, dando lugar a la ejecución, entre otras obras, de un San Marcos o un excepcional y plenamente renacentista San Jorge (1417). Se cree que sobre estos años comenzaría también la realización, por encargo de la familia Cavalcanti, de la Anunciación de Santa Croce (aunque existen autores que datan la ejecución de esta pieza bastante más tarde, en la década de los cuarenta) y procedería a esculpir las estatuas para el Campanile florentino.
Habitualmente se ha establecido este periodo inicial como el de formación (en algunas de cuyas primerísimas obras aún pervivirían retazos góticos), considerándose su producción a partir de 1425 (fecha en la que comienza a trabajar con Michelozzo) propiamente clasicista. En la capital romana, ciudad a la que se trasladará con su nuevo colaborador hacia 1430 y donde habría pasado una estancia anteriormente con su amigo Brunelleschi estudiando el legado de la Antigüedad, dejará constancia de su maestría en piezas como El entierro de Cristo (1430-1433). Será a la vuelta cuando comience los relieves de la Cantoría de la Catedral de Florencia, en los cuales es apreciable el conocimiento de modelos clásicos.
Magnífico será el David en bronce (va a ser ésta una tipología recurrente en su obra) realizado hacia 1435 para el palacio que los Médici poseían en la Vía Larga florentina y que inaugurará una relación de colaboración con dicha familia. En esta obra se puede apreciar toda la madurez y el dominio de Donatello a la hora de representar la anatomía humana.

Considerado por algunos teóricos como el principal escultor de la escuela florentina quattrocentista, Donatello (de verdadero nombre Donato di Niccolo di Betto Bardi) ha pasado a los anales de la historia del arte por su excepcionalidad como artífice, además de por la maestría que destilará a la hora de conciliar el más puro clasicismo con un dramatismo que, a finales de su vida, se tornará cercano incluso al feísmo
A partir de 1443 va a entrar en contacto con la corriente artística que se estaba desarrollando en Padua, hecho que resultará decisivo en el giro que tomará su escultura durante la segunda mitad del siglo (se tornará mucho más expresiva). La fabulosa estatua ecuestre de El Gattamelatta (que tanto debe a la herencia clásica romana) o los relieves y esculturas realizados para el altar de la Basílica del Santo (alejados ya de aquellos primeros florentinos) forman parte de la herencia que Donatello dejará a ésta ciudad. A esta última etapa pertenecen también los Milagros de San Antonio, la composición de Judith y Holofernes y su "terrible" María Magdalena en madera (estas dos últimas obras ya en Florencia, ciudad en la que fallecerá en 1466)

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