viernes, 1 de agosto de 2008

Pablo Veronés

Paolo Caliari nació en la ciudad de Verona, en el año de 1528. Hijo de un marmolista, su padre quiso que ya desde joven se iniciara en el oficio, optando finalmente por permitirle entregarse a un formación pictórica una vez advertida su inclinación por los pinceles más que por cinceles y gubias.
Al parecer habría comenzado su aprendizaje de la mano de una serie de pintores locales, entre los cuales los críticos citan a Antonio Badile y Giovanni Caroto, no pudiéndose precisar con exactitud en qué taller habría permanecido como aprendiz (hay biógrafos que no descartan una presencia del joven Veronés en ambos). En su obra son apreciables asimismo influencias de Parmigianino, Giulio Romano, a los que habría que añadir a Miguel Ángel y, por supuesto, Tiziano.
Tras realizar una serie de trabajos en Verona y Mantua, Pablo Veronés llega a Venecia en 1553 con el ansia y la esperanza de poder ampliar sus posibilidades en dicha ciudad, donde prontamente será escogido para participar en importantes encargos.
Trabajará en la sacristía de San Sebastián, en la decoración de la sala mayor del Gran Consejo en el Palacio de los Dux (en la cual ejecutara una magnífica Apoteosis de Venecia más tarde, hacia 1585), en la Villa Maser como fresquista (sobre 1560, puede que después de un viaje a Roma) y, entre 1555 y 1558, en la Biblioteca Marciana, desarrollando además de forma paralela una actividad como retratista.
Entre 1562 comienza la realización de su conocida obra las Bodas de Caná, a la que seguirán las también famosas Jesús disputa con los doctores en el templo y Cena de Jesús en casa de Leví, esta última protagonista de uno de los episodios de la vida de Veronés que más datos puede aportar acerca de la personalidad de dicho artista; en el año de 1573, fecha del cuadro, tendrá lugar un enfrentamiento entre el pintor y la Inquisición a raíz de la decisión de éste de incluir en la obra una serie de figuras faltas, a los ojos del tribunal, del decoro necesario, cuya presencia no consideraban apropiada.
En su defensa Paolo adujo el derecho y la posibilidad que cada artista posee a la hora de reinventar la realidad según su criterio, en aras de lo que hoy día se conoce como "libertad creativa".
En 1575 se traslada a Padua, donde pintará para la iglesia de Santa Justina un Martirio, regresando al finalizar de nuevo a Venecia para encargarse de la decoración del Palacio del Dux, ciudad dónde fallecerá en 1588 a una temprana edad.
Principales obras de Veronés
Veronés es un pintor de grandes dimensiones y complejas historias, plagadas de personajes, detalles e impresionantes marcos arquitectónicos y perspectivas, algo apreciable en obras como las Bodas de Caná (1562-63), pintada para el refectorio del convento de San Jorge el Mayor en Venecia y buen compendio de todos los rasgos arriba enumerados.
Junto a ésta, la Cena de Jesús en casa de Leví (realizada para el refectorio del convento de los dominicos de San Juan y San Pablo de Venecia) es un ejemplo perfecto de equilibrio entre los personajes y el espacio, y el magnífico Triunfo de Venecia (hacia 1585), permite destacar, junto con la dificultad que entraña la resolución de una escena de semejante complejidad en cuanto a personajes y su disposición, el empleo de la arquitectura con una clara finalidad teatral (algo que será muy común a lo largo del posterior Barroco).
Pero Veronés también cuenta en su haber con una cierta producción mitológica, en la cual es apreciable su gusto por los escenarios suntuosos, el manejo de la luz, cálida, preciosista y envolvente, además de un empleo de diagonales por completo, del mismo modo, pre-barrocas (como sucede en Marte con Venus sorprendidos por el Amor o en el Rapto de Europa).
Por último, magníficos ejemplos de su virtuosismo son obras como Los desposorios místicos de Santa Catalina (hacia 1580), donde el realismo de las joyas es tal que de ellas se ha dicho que parecen en verdad "empastadas" en los ricos ropajes, o la Visión de Santa Elena, ante la cual es imposible no sentir admiración, a pesar de su aparente sencillez, y respeto por el sentimiento que inspira.

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